miércoles, 14 de septiembre de 2016

Eel-y

Este fin de semana en Ely aprendimos que:
  • Ely era una isla y los isleños llevan 2000 años intentando que deje de serlo: eso es la perseverancia llevada a otro nivel. Quizás Ely también encarne la definición práctica de optimismo, si bien de práctico la estrategia tenga más bien poco.
  • En Ely hay galileas, y cualquiera que haya compartido banco de universidad con mi dueña será consciente de las implicaciones de este hallazgo.
  • O los nativos son muy bajitos o entran en sus casas de rodillas. Y les encantan las anguilas.
  • Ante la duda un maniquí siempre lo explica todo mucho mejor.
  • Un pato sano es un pato feliz.
  • Es posible saber qué se siente cuando te pasa un tren por encima y sobrevivir para contarlo.
  • El chocolate y los calabacines son como esos dos humanos que jamás esperarías que se hicieran amigos pero luego los pruebas en una tarta y saben bien. No es que yo me dedique a catar humanos habitualmente, entendámonos.
  • Si tu nombre es Etheldreda, además de mi más sentido pésame por tu difícil infancia (aunque puede que la de tu hermana Sexburga fuese todavía más dura) deberías saber que tienes cierta predisposición a los maridos con edades absolutamente dispares a la tuya, por arriba y por abajo. Yo también me habría escondido en un pantano.
  • Cromwell en realidad no era de Ely, pero sorprendentemente todos en Ely son parientes de Cromwell.
La catedral y su fascinante (e indefinible) galilea.